El tenis es uno de los deportes que rechaza el empate como resolución final de una contienda. Para sumar sus unidades, denominadas “juegos”, obliga a los contrincantes con igual puntaje a continuar el peloteo hasta que alguno logre marcar dos puntos consecutivos. Dicho estado de paridad temporal se denomina “iguales” o Deuce.
El empate es un momento en el que las fuerzas en tensión se encuentran alineadas, el instante previo a la colisión. Deuce es un proyecto de Miguel Monroy (Ciudad de México, 1975), planeado en función del espacio de exposición de Alterna y Corriente. Consecuente con su exploración plástica, Monroy interrumpe la función utilitaria de un sofisticado gadget y le provee de un nuevo sentido. Dentro de la exposición, una máquina entrenadora de tenis se confronta con la arquitectura de la galería volcándose hacia sí misma, inducida por el artista a un estado de autocomplacencia provisional. La puesta en escena activa un sistema en equilibrio sugerente: el irresistible deseo de la autarquía. Este ciclo de fuerzas acontece como producto de la depurada audacia de Monroy para redimir a los objetos de sus cometidos originales y reivindicar su naturaleza contingente. Finalmente, la posibilidad de un breve empate con nuestro adversario otorga el riesgo y la oportunidad de replantear una estrategia. Éste es quizás el momento más definitorio del juego, el del enfrentamiento con uno mismo.
José Luis Cortez Santander
febrero 2010
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