Un proyecto de Miguel Monroy
en el Museo Experimental El Eco
Del 26 de enero al 25 de marzo de 2012
La idea del eterno retorno es una concepción filosófica que refiere directamente al tiempo a través de los acontecimientos que lo enuncian o que lo hacen visible como un hecho circular, no lineal. Es también el pensamiento de una marca en la historia que apunta el inicio y el fin de algo, señalando su repetición en una especie de atavismo, que impide el progreso ascendente del hombre y que lo supedita a la repetición, a “lo mismo”, no sólo de conductas, también de pensamientos, opiniones y demás creencias que hacen del hombre un sujeto del mundo. Son muchas las reflexiones que se han hecho a partir de la concepción filosófica del eterno retorno, desde la figuración mítica del Uróboros, como un animal que se consume a sí mismo mordiéndose la cola, hasta la obra literaria de Friedrich Nietzsche: todo vuelve y retorna eternamente, cosa a la que nadie escapa… el principio de la persistencia de la energía exige el Eterno Retorno… la medida de la fuerza “como dimensión” es fija, pero su esencia es fluida… el mundo, es un círculo que ya se ha repetido una infinidad de veces y que se seguirá repitiendo in infinitum…
En todas las obras artísticas y literarias realizadas al respecto coincide como tema principal, la forma en cómo se comporta la relación física espacio-tiempo a partir del suceder del ser humano en el mundo, que no se despega nunca de su condición carnal, transformándose únicamente a partir de su desgaste. Dicha situación de desgaste físico y simbólico se puede ver representada en la coreografía de Pina Bausch titulada Café Müller de 1978 o en el cortometraje Tango de Zbigniew Rybczyński, filmado y editado en 1980; en estas obras la repetición de acciones de los personajes, que llega a niveles casi de automatismo, subraya el desgaste de su propia circunstancia de vida, generando un nuevo sentido: la evidencia real de la situación, como un estado dramático, crítico e irónico de la condición humana. Son este tipo de estrategias de lenguaje, dentro de la construcción poética del arte, elementos de constante interés dentro del trabajo artístico de Miguel Monroy (ciudad de México, 1975).
La obra de Monroy versa sobre la posibilidad de fracturar diferentes estructuras, códigos o sistemas en los que reposa la forma occidental-utilitaria de ver el mundo, creando alternativas visibles dentro de la naturaleza del arte, que construyen una reflexión más amplia del lugar donde nos encontramos.
Canon es el título con el que Miguel Monroy enuncia el ejercicio multidisciplinario que se llevó a cabo en la Sala Daniel Mont del Museo Experimental el Eco como parte del programa de exhibiciones del año 2012. Este ejercicio consistió en la revisión del funcionamiento del espacio de exhibición como un espacio de acciones que alteran continuamente el lugar, mediante el proceso de montaje antes de cada muestra, dando como resultado un patrón de actividades regulares que constituyen al ejercicio de la producción cultural dentro de la institución museística.
Canon también es el término por medio del cual Monroy amplía su sistema de trabajo, al incorporar en su proyecto a artistas para la configuración de un video. El video presenta al espacio de exposición como el motor para la generación de situaciones que aluden a la razón utilitaria del museo, y que se representa a partir de la repetición y la confrontación de acciones comunes, llevadas a cabo por personajes que evocan al tránsito normal del espacio cultural, en un estado de repetición alterado, generando una visión irónica del trabajo en ese lugar, situando al ejercicio de la exposición del arte en una suerte de metáfora que se relaciona con la idea nietzschiana del eterno retorno.
David Miranda