La primera exposición individual de Miguel Monroy en Art&Idea es refrescante; nos hace cuestionar nuestro uso de los objetos cotidianos.
La exposición recoge sus obras más reciente: el vídeo, la escultura y la fotografía como productos derivados del ocio. La pieza de vídeo que da nombre a la exposición muestra una escalera mecánica eléctrica que sube mientras baja un tornillo sinfín de resorte metálico. El video parece interminable porque está en bucle y muestra una relación entre dos objetos que trabajan contra sí mismos y se retroalimentan al mismo tiempo.
Las piezas de Monroy son ejemplos de un método de trabajo basado en la repetición de objetos apareados que desarrollan relaciones con infinitas posibilidades. Por ejemplo: Equivalente (Equivalente), en el que el artista muestra ciento diez recibos de transacciones de dinero recibidos durante tres días. Cambió mil pesos mexicanos a dólares estadounidenses y luego los volvió a cambiar a pesos, una y otra vez, una y otra vez, hasta que se acabó el dinero; o Murmullo (Susurro): un círculo formado por megáfonos con empuñadura de pistola, cada uno magnificando el sonido del anterior. Un tercer ejemplo es Contrareloj (en sentido contrario a las agujas del reloj): un reloj de pared modificado al colocar otro mecanismo de reloj en la parte posterior del primer reloj. Este mecanismo hace que todo el reloj gire en sentido contrario a las agujas del reloj, de modo que, aunque el reloj esté funcionando, el segundero siempre permanece en el mismo lugar. Mientras el tiempo avanza, todo el reloj retrocede. En palabras de Monroy, la intención del espectáculo es similar a un juego infantil basado en la repetición de una palabra conocida, que pierde su significado a medida que continúa la repetición. Al final del proceso,